viernes, 2 de noviembre de 2012

La sociedad de las tetas



Las tetas, son algo encantador, en mí caso las prefiero naturales, lo cual no quiere decir que me molesten unas cargadas de silicona, aunque en el caso de éstas, casi todas se vean iguales y lo único que cambie sea su portadora.

Pero no voy a escribir sobre su forma, tamaño, color o cirugías, voy a escribir sobre su poder e injerencia en la sociedad actual. Es increíble, pero hoy un par de tetas tienen más resonancia que una buena idea.

Las protestas se hacen mostrando las tetas y son portada de todos los diarios del mundo. Si quieres salvar una especie en vía de extinción, muestras las tetas y es más efectivo que un vídeo de los animales siendo masacrados. Si quieres vender unas sandalias muestras las tetas y hasta una campaña política amerita mostrarlas como promesa en caso de salir elegida.

Como pueden ver, no estoy exagerando, las tetas se han convertido en una herramienta multifuncional. Mostrarlas es sinónimo de libertad o una forma de enviar un mensaje  a los hombres. También son la forma de conocer a esas mujeres que escuchamos en la radio o leemos en los impresos y que idealizamos en nuestras mentes.

Hoy en día, la creatividad está en mostrar las tetas de la condenada por algún delito, de la campeona en algún deporte, de la invitada a algún reality, de la hija de algún político, de la madre y la hija, de las hermanas, en fin, de lo que este de moda en el momento.

Para algunas, mostrarlas es un sinónimo de rebeldía, una muestra de su irreverencia, una señal de su independencia o siendo hasta poéticos, una oda al orgullo que les genera su belleza.

Esa es nuestra sociedad actual, una en la que los concursos giran en torno a la más atrevida, a la que más muestre, a la foto topless en el transporte público, o en el sitio más concurrido para demostrar de qué está hecha la mujer. Somos tan naturales y abiertos que la verdad no me explicó por qué nos gastamos tanto dinero en ropa.

Estamos pendientes del “descuido” de alguna famosa, del pezón que se salió en la entrega de algún premio, de las fotos de los paparazzi con alguna famosa de vacaciones mostrando sus atributos en la playa o en algún yate. Nos encanta cuando anuncian la posibilidad de un vídeo íntimo que se perdió en el celular de alguna diva o su pareja del momento.

Por favor, no vayan a pensar que estoy haciendo curso del Procurador Ordoñez, para nada, disfruto mucho ver todas esas expresiones que tienen como marco un par de tetas, el body painting, la música sobre los cuerpos, la meditación al desnudo, el yoga sin ropa, la orquesta sinfónica topless de algún país, el estado del tiempo topless, el mardi grass, el Carnaval de Río, etc.

Bienvenidas todas esas ideas brillantes en las que los órganos glandulosos prestan un servicio a la humanidad y se convierten en la voz del que no tiene voz. Bienvenidas las recolecciones de firmas para que alguna famosa nos las enseñe. 

Lo mío no es una protesta, es simplemente una visión personal de la situación. Eso sí, les confieso que me encanta el tema de la sorpresa, de poder descubrir las cosas por mí cuenta, de dejar algo a la imaginación, en tiempos en los que ya es muy poco lo que nos sorprende positivamente.
Hasta pronto. 

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