En un mundo convulsionado por las caídas de las economías más
poderosas del mundo, conflictos bélicos, terrorismo, hambre, pobreza extrema,
bloqueos, invasiones, epidemias y virus mortales, es increíble que un tema como
el sexo se robe la atención de la gran mayoría.
Berlusconi en Italia, Clinton en su momento, Herman Cain precandidato
a la presidencia de los Estados Unidos, Dominic Strauss-Kahn, los agentes del Servicio
Secreto que acompañaban al presidente Obama y el destape de la bisexualidad de
Travolta han logrado que la atención del mundo se centre en escándalos que
giran en torno a lo sexual.
Berlusconi es famoso por sus orgías, su gusto por las
prostitutas y su descaro a la hora de abordar el tema de su vida privada (como
cosa rara una colombiana se encuentra entre sus amigas especiales);
Strauss-Kahn es más que conocido por las demandas en su contra por acoso
sexual; Bill Clinton, no pudo controlar sus impulsos y le confesó al mundo su
affair con la poco atractiva Monica Lewinsky (por lo menos Kennedy se metió con
la Monroe que en su momento era la más); HermanCain, único candidato negro a la
primarias republicanas fue denunciado dos veces por acoso sexual.
Ahora la hermosa Kelly Preston decidió dejar a su esposo John
Travolta por el destape de sus infidelidades con hombres, la doble vida del
otrora gigoló, ha estado en las portadas de los diarios como consecuencia de
las seis demandas de acoso sexual puestas por hombres masajistas.
Estos son algunos de los casos más sonados en el ámbito
mundial en los que se han visto involucrados importantes personajes de la
política y la farándula (habría podido incluir el de Silvestre Dangond pero no
pasa de ser estrella del show de Jorge Barón). Sin embargo, pocos han tenido la
relevancia del caso de los agentes del Servicio Secreto que visitaron Cartagena
como seguridad del Presidente Obama.
Como si fuera poco el que hablen de nuestro país por el
tráfico de drogas, el conflicto armado interno, la corrupción de nuestros
políticos, el secuestro, Uribe y otros males que nos aquejan, teníamos que
sumarle un nuevo ingrediente: nuestras putas.
No son un tema nuevo, la prostitución es el oficio más
antiguo de la humanidad y en Colombia una industria sostenible y creciente, a
tal punto que exportamos profesionales del ramo a todas partes del mundo
(España, China, USA, Japón).
El turismo sexual en Cartagena es algo conocido por todos,
combatido tímidamente por organizaciones y el gobierno pero tan común como los
masajes en las playas o la venta de ostras y ceviche en baldes de plástico.
Al mismo tiempo que se vende “la gafa” o el foto montaje, se
ofrecen los servicios de “las niñas” con catálogo en mano para aquellos
turistas que quieren conocer a fondo la belleza de la heroica.
Por supuesto los extranjeros son los clientes ideales para
estás niñas que a un local le cobran entre 120 mil y 250 mil pesos mientras que
a un foráneo le pueden “facturar” entre 200 y 1000 dólares dependiendo el personaje.
Los agentes del Servicio Secreto eran sin duda el tipo de
clientes propicio para aplicar la tarifa plena, con sus salarios, viáticos y
todas las comodidades que brinda un gobierno como el norteamericano, es difícil
entender el problema a la hora del pago. ¿Cómo es posible que pagaran 30
dólares cuando se habían negociado 800?
Existen algunas teorías que explicarían este hecho. Es
posible que en medio de su borrachera los agentes hayan creído que estaban en
Tailandia o en Indochina, mucho más por los rasgos fuertes de las implicadas. También
pudo pasar que los agentes creyeran que cualquier mujer debía sentirse
privilegiada por estar con personajes tan importantes como ellos (delirio de
Laura Acuña) y por el contrario deberían pagarles por el derecho a complacerlos.
En fin, no tenemos certeza de lo ocurrido y las declaraciones
de Dania no ayudaron mucho tampoco para esclarecer la situación. Con la
inocencia de quien tiene sus neuronas en los implantes mamarios, la
representante del gremio de “las enfermeras del sexo” se atrevió a afirmar que
los agentes eran unos bobos y que lo de ella no es prostitución.
Dania fue victimizada, regañada por su mamá en vivo y en
directo gracias a la gentileza del gran Julito que puso la Wribe radio al
servicio de esa comunidad ávida de sangre, morbo y chisme, entregándonos otra
exclusiva de esas que harían que Laura en América se sintiera como la madre
Angélica del canal EWTN.
Hoy Dania espera con optimismo la llamada de Playboy,
Hustler, Interviú o en su defecto la revista pimienta o sueca club con el fin
de ofrecerle un contrato millonario para posar desnuda y contar sus aventuras.
Ella ha tratado de mostrar algo de dignidad rechazando los ofrecimientos para
ser la nueva Esperanza Gómez (nuestra mejor actriz de reparto en la historia
del cine) en el universo del cine XXX.
Muchas cosas han pasado desde el episodio de la cumbre y hoy
Dania es mencionada como parte de programas de humor, sin embargo la realidad
nos muestra que internacionalmente ven a Cartagena como una ciudad propicia
para el turismo sexual con paquetes que incluyen este ítem.
En fin, el sexo siempre dará de que hablar en un mundo que
gira en torno al escándalo y a la doble moral, los hombres y las mujeres
seguiremos dando papaya en este campo y prestándonos para convertir la
actividad más placentera que existe en un motivo de debates, estudios, rechazo
y hasta aislamiento.
Termino mi columna de hoy con un cliché: sigamos haciendo el
amor y no la guerra.
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