jueves, 13 de septiembre de 2012

¿Cuánto gana Pekerman?


Esta pregunta con la que titulo mi columna de hoy fue durante las últimas semanas el tema de moda entre los diferentes periodistas deportivos y gran cantidad de personas que a través de las redes sociales llegaron a comparar el salario del técnico argentino con lo que se invirtió durante años en toda la delegación de deportistas colombianos que nos representaron en los olímpicos de Londres.

Así como sucede con Petro desde su elección como alcalde de Bogotá, Pekerman sufrió en carne propia toda la intolerancia y el castigo por parte de aquellos que se consideran con derecho a incriminar, ofender y maltratar a quien no es de su agrado. En este caso, llegando al extremo de poner en tela de juicio lo que una empresa privada le paga a sus empleado.

A nadie le importa cuánto le pagan al presidente de Alpina o al de Bavaria pero los honorarios de Pekerman se convirtieron en una ofensa para gran parte de la sociedad, en una afrenta contra el tesoro colombiano y en algo inadmisible para el país donde nadie sabe cómo alguien sobrevive con el salario mínimo.

En este mismo país en el que el desfalco de los Nule, Moreno, Arias y tantos otros sobrepasa los billones de pesos, sin contar el tema de la salud que seguro dobla esta suma, Pekerman alcanzó un status casi criminal por la suma de dinero que cobra y el hermetismo total de su trabajo frente a los medios y los aficionados.

Periodistas deportivos de la vieja guardia, esos que creen tener potestad sobre el convaleciente fútbol colombiano se atrevieron a poner en duda el accionar del argentino, hablando más de su yerno que de su forma de parar al equipo, escribiéndole cartas en los diarios del país como si de un derecho de petición se tratara, mirando con sospecha el llamado de algunos jugadores como si estuvieran hablando de un empresario o cometero.

Pues bien, después de dos jornadas de la eliminatoria sudamericana en las que Colombia sumó seis puntos de seis, marcó siete goles, recibió uno y jugo con una jerarquía de equipo grande, hoy nadie sale a preguntar cuánto gana Pekerman.

Vaya forma de silenciar a tanto bárbaro, vaya clase la de don José para manejar toda esta situación y que manera de unir a un país en torno a una fiesta como la que vivimos el viernes 7 y el martes 11 de septiembre. Hasta Uribe y Santos finalmente coincidieron en su alegría y en sus mensajes de felicitación al combinado tricolor.

Estoy seguro que Pekerman se gana lo justo, estoy seguro también que antes de contratarlo sabían sus condiciones para venir y las aceptaron, hoy este señor merece que respetemos su forma de trabajar, que dejemos de ser inquisidores.  A todos nos disgusta que se porten mal con nosotros cuando laboramos en otro país. Este señor que nunca ha tenido una señal de irrespeto con nosotros, que nunca ha perdido su buen carácter, se merece nuestra admiración y respaldo.

No más conjeturas, no más comentarios malintencionados de aquellos que intentaron una guerra sucia, amparados en su experiencia, auto nombrándose  como veedores y auditores de la Federación Colombiana de Fútbol.

Seguramente, a estos mercenarios que pretendían desestabilizar el proceso de don José, les cuesta superar el hecho de no ver a Bolillo Gómez al frente de la selección, aún no admiten que se le haya castigado por su acto de violencia contra una mujer y luchaban por hacernos ver que nuestra única oportunidad de clasificar a un mundial estaba en sus manos.

Es temprano para asegurar que vamos a ir al mundial pero la calidad y entrega mostrada por los jugadores de la selección permiten soñar con esa posibilidad y verla más cerca que hace seis meses. 

A esos que también la tomaban contra Falcao, hoy no les queda más que rendirse ante la categoría de jugador que tenemos, sin duda uno de los mejores del mundo, alabado por los más grandes técnicos y por sus propios colegas quienes disfrutan verlo jugar en cuanta competición participa.

Una vez más los hechos se han impuesto sobre las difamaciones y seguramente como en en otros terrenos de nuestra vida como la justicia y la política, también los hechos terminarán demostrando quién dice la verdad y quién no.

Bienvenidos a nuestro país los personajes como Pekerman, bienvenido todo aquel que viene a construir y a unir. A los demás, se les acabo esta cortina de humo, les toca inventarse otra, algo que no les va a costar ningún trabajo.

2 comentarios:

  1. Muy bueno dani, una grán categoría, no me imaginaba que tuevieras esos dotes de escritor de columnas; consciso, al punto, muy interesante el tema, algo polémico, sin tanta adornadera que ve uno en esos blogs de ahora.

    Después de la melcochería de halagos, quiero decir que mi opinión frente al tema es la misma, unívocamente me uno a la crítica mordaz de las telelnovelas mediáticas en noticieros y prensa deportiva. Se nota que están casi siempre de la mano con esa sección de farándula. Al que se junta con miel algo se le pega.

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  2. Gracias César, ahí tienes bastantes columnas que he escrito para que me des tú opinión. Un abrazo

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