miércoles, 8 de agosto de 2012

Sofía y el terco, el renacer del cine colombiano.


El fin de semana tuve la oportunidad de disfrutar junto a una pareja de amigos de esta sencilla y emotiva película colombiana que sin duda es la antítesis de lo que hasta el día de hoy ha caracterizado a la pobre filmografía nacional.

Sofía y el terco es una película para disfrutar, una cinta que más parece una fábula en la que lo único que uno desea es el final más feliz para cada uno de sus personajes. 

Al que ingresa a la sala esperando las 50 vulgaridades por minuto de siempre, las tetas y el culo de la protagonista en primer plano, las escenas eróticas, los guerrilleros, los paramilitares, los narcotraficantes, los gamines, los sicarios o los ladrones, seguramente le va a generar cierta frustración y como decían cuando Mockus era candidato a la presidencia, van a decir que eso funciona en Suecia o Noruega pero no acá.

Nos hemos vuelto tan masoquistas y voyeristas que la sangre que vemos en los noticieros combinada con el sexo, las groserías y los antivalores de los realities no son suficientes para saciar nuestra sed de morbo y violencia.

Por esto, la opera prima de Burgos es una muestra de un cine alternativo en el que, pese a todo lo que vivimos en un país convulsionado e indiferente como el nuestro, se puede plasmar el lado humano y cálido de las personas tanto conocidas como desconocidas sin importar su región, clase o color de piel.

Burgos narra un cuento costumbrista partiendo de ese anhelo de miles de colombianos por conocer el mar y salir de la rutina en que se convierten sus vidas, aun cuando esta sea tranquila y apacible.

Sofía, el personaje interpretado por la extraordinaria Carmen Maura, es una mujer consagrada a su marido, el típico hombre acostumbrado a trabajar y esperar ser atendido cuando está en casa, interpretado magistralmente por Gustavo Angarita. Maura, siendo española, realiza una interpretación fantástica de una mujer de pueblo colombiana, con una mirada inocente pero que a la vez es capaz de comunicar todo sin necesidad de palabras.

Pocos personajes hacen parte de la fábula, todos muy bien elaborados, conforman un rompecabezas sencillo que lleva al espectador por 90 minutos de emociones enmarcadas en sentimientos positivos, en esperanza, en solidaridad, en confianza y amor por los demás.

Para muchos esta puede ser una película de ciencia ficción, más en un país donde rara vez nos importa lo que le pase  a los demás y nos reímos de quien actúa con inocencia y nobleza, tildándolo de montañero o carente de la malicia indígena que tanto nos gusta resaltar como colombianos.

Seguramente la taquilla de Sofía y el Terco no va a competir con alguna cinta que tenga la empelotada de tres o cuatro mujeres despampanantes y maneje el humor vulgar y bajo que tanto gusta en nuestra sociedad pero Burgos fue valiente y se mantuvo en su idea de contar una historia sin más ni menos de lo necesario.

Para resaltar la música y la fotografía de la cinta, espero conseguir el soundtrack en alguna tienda de discos y ojalá que Burgos continúe su carrera cinematográfica explorando el género que quiera pero conservando el toque de distinción que tuvo en su primera obra.

Les aclaro que no tengo nada en contra de ver un buen par de tetas o las escenas de violencia siempre y cuando hagan parte de un todo bien realizado y de una historia interesante y envolvente pero no como el único o el mayor atractivo de una película.

Esperemos que esta cinta y Chocó sean como el renacimiento de un cine nacional que logre cautivar al público y le brinde un parámetro de mayor exigencia en cuanto a calidad y contenidos.
Que cintas como estas nos saquen de la rutina de cada año cargada de películas estúpidas en las que ridiculizamos todo lo que consideramos autóctono y las cuales nos alejan del respeto internacional por nuestro cine.

Felicitaciones para Burgos, Maura, Angarita, Duque y todos los que hicieron parte de este bello experimento y mis más sinceros deseos por una larga vida en el celuloide para aquellos que creen que Colombia es más que putas, narcos, políticos corruptos, sicarios, guerrilleros, paramilitares y futbolistas.

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