jueves, 5 de enero de 2012

Yo timo, tú timas, él tima

Recuerdo durante mi infancia el revuelo que causó la película de Mario Ribero “el Embajador de la India”, protagonizada por Hugo Gómez y que a tono de comedia (similar al humor fino de las películas de Dago “Woody Allen” García) retrataba a un personaje que timaba a todo el mundo logrando beneficiarse de la admiración que en ese entonces generaba cualquier extranjero que pisaba estas tierras.

Dejando de lado la ficción, nuestro generoso país le abría las puertas a cuanto vendedor de choripanes argentinos decidía venir a probar suerte, ya fuera en el modelaje, la presentación o la actuación (muchos de ellos dotados de los tres talentos), además de los humildes gauchos desfilaron venezolanos, mexicanos, cubanos, brasileños y hasta sudafricanos que le sumaron el canto a sus inagotables recursos histriónicos.

Algunos de ellos habiendo encontrado la fortuna que nunca soñaron, decidieron radicarse en el país y profesar su enorme amor por Colombia, tierra fácil de colonizar, sumisa y ávida de ídolos. Grandes personajes han inundado nuestros escenarios, podemos citar a polifacéticos como Osvaldo Ríos y Marcelo Dos Santos quienes además de su carisma y talento mostraron ser maltratadores de mujeres de primer nivel.

Qué decir de estrellas como Zulú, aquel joven sudafricano quien descubrió que cantar no requería de ningún talento en este país. Podríamos dedicar varios tomos a tantas figuras rutilantes que han dejado huella en Colombia pero lo dejaremos como un ejercicio posterior.

Como todo en la vida, tenía que llegar la represalia por parte nuestra y fue así como gracias al tema de la globalización y el libre comercio entre países, Colombia se convirtió en el vengador anónimo del planeta y empezó a exportar su talento a tierras peruanas, ecuatorianas, venezolanas, argentinas, mexicanas, norteamericanas y hasta a la madre patria.

Ese dolor que padecimos durante tantos años empezó a sentirse en estas tierras cuando permitimos que estrellas como Ana Lucia Domínguez, Maritza Rodríguez, Danna García, Jorge Cárdenas, Sandra Muñoz, Amparo Grisales, Luis Eduardo Arango, Ana María Orozco, Palomeque, entre otros, pasearan su capacidad histriónica sin la menor vergüenza.

Se dieron casos muy sonados como el de Amparo Grisales explicando sus triunfos en Hollywood, su aparición en algunas películas que nunca vieron la luz, una junto a Jean Claude Van Damme si mal no recuerdo, las escenas nunca se vieron (Van Damme pidió que las editaran porque la Grisales le robaba el protagonismo).

Otras grandes estrellas juveniles eran abordadas a la salida del muelle internacional del Dorado en donde contaban sus avances en tierras norteamericanas, cómo habían sido invitados a participar en obras de teatro, series de televisión, y algunos castings en Nueva York y en los Ángeles, eso sí, preferían omitir su trabajo como meseros o niñeras de alguna familia pudiente.

Sus participaciones internacionales no tienen registro existente y algunos todavía les muestran a sus amigos alguna escena de una película serie B protagonizada por David Carradine o Michael Dudikoff en las que aparecían en medio de 500 extras durante una persecución.

Afortunadamente hubo casos de verdadero talento como los de Flora Martínez que con total honestidad contó los trabajos que pasó en la gran manzana antes de poder conseguir un papel en un cortometraje. Otros como Juanita Acosta y Angie Cepeda que a punta de sudor y talento se ganaron su espacio en tierras ibéricas. A ellas todos los honores.

Hay un caso en particular que amerita todo el reconocimiento y es el de Sandra Muñoz, esa niña de Manizales que otrora ejerciera como vendedora de lotería y que de la noche a la mañana se convirtió en sex symbol, siempre ha mostrado su capacidad histriónica.

Después de un matrimonio con un reconocido narcotraficante de la época, enviudó a las pocas semanas por lo cual decidió marchar a tierras norteamericanas donde sabía que encontraría el escenario apropiado para su talento. Opacada por Anna Nicole Smith, la Muñoz decidió que lo suyo era el éxito entre los reyes del hampa y encontró el rédito a su dedicación y esfuerzo. Como pocas estrellas colombianas Sandra Muñoz realizó uno de los vídeos más vistos y de mayor distribución, una cinta de porno casero junto al capo de la mafia puertorriqueña en el que nuestra compatriota daba una de sus mejores interpretaciones.

Como podemos ver, algunos realmente lo han logrado, otros se han dedicado a timarnos con la esperanza de que al igual que el Embajador de la India esto les alcance para tener sus 15 minutos de fama (en algunos casos para presentar secciones de farándula o ser jurados de algún reality).

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